Memoria: Felices 44 años. pero recordemos los negros 21

Hoy, para el Pueblo, es un día a celebrar. Para una parte de nuestro mismo Pueblo, esta fecha está cargada de una contradicción enorme en pena y alegría. Lamentablemente, la memoria popular aún no termina de dar el peso que se merece a la conmemoración del aún impune incendio de la discoteque Divine.

Las fletas y las colas siempre hemos sufrido el intento de aplastarnos y hacer callar nuestras voces chillonas y nuestra cultura amariconada. Y más todavía a las colas pobres, a esas que siguen relegadas por los gay amononados y limpiecitos que dicen representarnos, con sus promesas de matrimonio e igualdad. De qué le sirve un contrato de regulación de bienes a una cola que lucha por vivir y sobrevivir sin plata? Son estas mismas colas quienes en el olvido fallecieron en una noche donde podían soltarse las trenzas y mostrarse enteras sin el aire machista y homofóbico que cubría y cubre nuestras ciudades.

Mientras celebramos el aniversario del triunfo de la Unidad Popular, quienes tenemos en la memoria a nuestrxs compañerxs fallecidxs observamos este día lleno de contradicciones. Celebramos la fecha del triunfo truncado de un país esperanzado, en  lucha por arrebatarle su dignidad robada a los poderosos de siempre. Una fecha en la cual, por allí en el 93, luego de que Allende muriera anunciando la eventual apertura de las grandes alamedas, luego de la brutal dictadura y con la esperanza puesta en los supuestos herederos del socialismo que clamaban por una alegría que todavía no llega. Ese 4 de septiembre tapado por la (in)Justicia de este país, por su hipocresía y su homofobia latente, esa fecha donde muchos se jactaban entre risas de el funesto hecho, que “los maricones se lo merecían”, que “qué bueno, así hay menos maricones”. En ese 4 de septiembre se incendió (o incendiaron, como muchxs creemos) la Divine, el pequeño refugio y a su vez bastión de resistencia contra el repudio de toda una sociedad. Es ese evento que merece un gran espacio en nuestra memoria, al igual que el triunfo de las esperanzas del pueblo hace ya 44 años.

La Izquierda chilena ha sido bien selectiva en las causas que apoya. Hace 21 años pocos eran quienes alzaban la voz por la oveja rosada, hermana sometida del machote chileno. Hoy hacemos un fuerte llamado a tomar la igualdad de género, de TODOS los géneros, de todas las sexualidades, como una lucha seria y necesaria, con compromiso y acción más allá del simple reconocimiento. No basta con ser un aliado, no basta con declararnos seres humanos, sólo en la lucha consciente y cotidiana podemos elevar el respeto que tanto se merecen y por tanto tiempo le ha sido negado a nuestras colas muertas.


Desde Tacones de Matthei, un pequeño aporte a la Memoria

De biografías, chicxs pesadxs y otras tonteras. Feminismo como verbo.

Desde hace poco que me he podido reivindicar feminista y desde hace poco que he comprendido (más o menos) lo que conlleva.
Al día de hoy pienso dos, tres y hasta cuatro veces cuando abro la boca, porque conceptualizar es politizar(1). Porque cuando hablo, no sólo hablo yo, hablan mis raíces, una ideología y lo hago desde mi biografía.
Porque guagua es distinto a bebé, porque Abya Yala(2) es distinto a América, porque fleto es distinto a gay y porque decirse pueblo es distinto a ciudadano.
Empecé a cuestionarme desde la homosexualidad cuando me di cuenta que mi identidad era clandestina (sin pensar siquiera que existían otros tipos de opresiones), así como cuando veía a mi madre enferma, cuidando de mi abuela enferma, para terminar viviendo en una familia enferma.
No entendía el porqué teníamos que vivir así, según yo, en ninguna edad de la vida uno debería estar preparado para vivir esas cosas, menos aún como niño.
Por cosas de la vida (lo digo así porque no le encuentro mucha explicación “científica” a esto), conocí a gente que militaba, empecé a leer y me di cuenta que la violencia no sólo recaía en mi sexualidad, sino que todo el mundo era violento y lo más importante, que yo también lo era.


Comencé a analizar mi biografía desde la posición más crítica posible, me di cuenta de las veces que fui violentado por gordo, por fleto, por diferente, así como las veces que fui machista, homófobo, clasista y reaccionario (con el resto y conmigo mismo) y por último pensé en que, pese a todo, era más privilegiado que el 80% de la población, porque era un niñito ABC1 de “buena familia” que me daban el gusto en casi todo, que nunca pasé hambre, que entraría a una universidad de prestigio y que los créditos con elevadas cuotas eran cosa del 2008, ya que mis viejos compraban a lo sumo a tres cuotas sin intereses y que mi mayor miedo hasta la enseñanza media era que no me pillaran copiando, pasando pruebas o fumando.
Reconocí mi biografía y desde dónde estaba situado.


Luego de “entender” (o acercarme a) esto, aprendí poco a poco a tener opinión, a visibilizarme. Me sentía bien siendo BIEN COLA, mis amigas me mujereaban y me sentía cómodo, daba mi opinión cuando quería darla y no me importaba que me vieran comiéndome a un weón en el metro.
Conocí mi cuerpo y lo aprendí a amar. Aprovechaba los fines de semana para andar en pelotas en la casa y antes de bañarme me detenía en el espejo recorriendo cada pliegue, estría y curva que encontraba, y los encontré bonitos.


Desde mi primer territorio en “conquista”, el paso siguiente era comprender que todxs merecíamos vivir dignamente, que con la demandas que levantábamos la lucha no quedaba conclusa, que era un día a día subvirtiendo relaciones, que el feminismo se asume en una posición de resistencia permanente y por tanto cada espacio y cada acción, estaba politizada y debía responder en torno a ello.


Así seguí leyendo, me asumía un poco más empoderado de mi vida y entendía que el hecho de haber cristalizado la violencia hasta cierto punto correspondía una posición de privilegio, porque tuve la oportunidad de hacerlo y porque aquello me daba las herramientas para desarticular mi opresión.


No soy docto en materias de lenguaje, pero pienso que más allá de entenderse el feminismo como un adjetivo o alguna categoría, para identificarse con algo, se asemeja más a un verbo, que implica acciones, relaciones, estados y procesos.
Recalcando en lo último, concibo el feminismo como procesos individuales de  emancipación que se generan (y deben) generarse de manera colectiva(3); que el feminismo es biográfico y que más allá de pautas programáticas, de manuales y panfletos, el feminismo se vive según cada persona.
A lo largo de nuestras vidas nos transformamos continuamente, llevando como mochila nuestro pasado, siendo una vía imprescindible para nuestra liberación el juicio crítico de nuestras acciones realizadas y aprender(4) de ello, ya que quitarle el componente humano intentando ser más perfectxs que feministas puede resultar frustrante y más aún irreal. Perdernos en idealismos no constituye un favor a nadie ya que dejamos de tomar en cuenta la materialidad en la cual estamos inmersos; como dije anteriormente la transformación es un proceso y por tanto más allá de negar nuestros defectos al reivindicarnos feministas, la práctica nos exige asumir nuestros aspectos negativos también, entendiendo la necesidad de subvertirlos pero derribando el mito de la militancia perfecta. Existen tantas vías feministas así como feministas en lucha, que si bien pueden articularse entre sí dando lugar a corrientes específicas, éstas se inscribieron de forma distinta, desde cuerpos y contextos distintos y por ende devendrán en diferentes caminos. De allí que más de alguna vez me ha hecho ruido el hecho de que en la izquierda y en el feminismo se estén fiscalizando por cada comentario que algún militante haga en sus espacios, generando más rechazos que claridades y de paso mermando la inclusión de lxs compañerxs en las trincheras que disputamos al sistema.


Que a pesar de que encuentre a alguien posmoderno, rimbombante, reformista o cualquier etiqueta que se de en la política universitaria, poco y nada podría criticar, porque en primer lugar de aquello tenía/tengo mucho y porque no le podía pedir la revolución a priori a quien estaba tan sesgado como yo lo estuve/estoy. Aquello no quita que tenga una ética feminista que intente aplicar a cada espacio de mi vida, transformando vínculos, apropiándome de acciones y construyendo nuevos imaginarios, sin tener que dármelas de fiscal, juez y verdugo de cada quien se reivindique feminista.
Sin hacer vista gorda respecto a todos los debates, simplemente mantengo la crítica y la “sospecha feminista” en un debate abierto que no se degenere en un espacio de violencia que resta mucho más de lo que se pretende construir, más por ego que por ideales.


Erradiqué de esa forma el apelativo a feminazi o hembrista(5), construcciones dadas por nosotrxs y por el imaginario patriarcal para sabotear nuestra labor, haciéndonos creer que existen personas más o menos feministas (como si se pudiera calcular) o dicho de otra forma feministas de primera o segunda categoría.


Más allá de las ponderaciones que se pueden hacer en este “juego”, a mi modo de ver pueden estos ser síntomas serios respecto a vicios en la práctica feminista como lo el hecho de caer en lógicas patriarcales casi a un modo de ver “quién tiene el pico más grande”, silenciar otras voces al momento de realizar esta inspección(6) por encontrar al “modelo del sujeto feminista” y terminar enfrascando las problemáticas en aspectos teóricos sin dar lugar a la praxis política, dando así lugar a la pregunta ¿y a quién chucha le sirve mi feminismo?, entendiendo que como movimiento social, éste está de cara al pueblo, siendo un motor de cambio permanente que está en estricta relación a problemáticas materiales que recaen en sujetxs específicos. No sirve de mucho el pensamiento crítico si éste no pretenda disputar algo. A las finales, si no construimos feminismo en comunidad, frente a un otro, frente a nuestra cotidianidad, se convierte simplemente en un aspecto amargado del mismo sistema, enmarcándose cómodamente en él, con una escala de valores un poco más arriba y sin ensuciarse las manos.


Llegando a este punto, considero necesario hacer visible que mi posición no es de una unidad que se manifieste meramente en aspectos identitarios o programáticos en el corto plazo (cosas que a mi parecer son chicles que se pueden estirar demasiado), sino una unidad en la praxis, trabajando en base a la confianza, con respeto y claridad; comprendiendo que para cambiar este mundo hace falta más que un marcador morado y tela roji-negra para destruir al sistema, se requieren todas las cabezas posibles para reconstruir este tejido rasgado, tomando cada hebra, para desenredarla y dar pie a una transformación radical de cada cimiento de la sociedad.


Resumiendo y sin ganas de terminar generando un decálogo sobre lo que es ser feminista, porque no viene al caso, y por lo ya expuesto, no tiene sentido; reitero que más que manuales, necesitamos convicciones, ganas y valentía para disputar aquello que el modelo nos arrebató. Que no dejemos nunca de lado la escucha, ante lo social como a los otros feminismos, que plantean problemas nuevos, divergencias, urgencias contextos y teorías que no debemos ignorar, porque necesitaremos de todas las herramientas posibles para la insurrección y que el motor de nuestro actuar es y será siempre el amor al pueblo, a la transformación y a la dignidad.






1.-https://www.youtube.com/watch?v=Ztc6GS5pXBM "Conceptualizar la violencia de género", Celia Amorós. Extracto de una conferencia donde se explica brevemente la necesidad de nombrar y por tanto hacer lo que queremos y criticamos develando los marcos ideólógicos en disputa. http://generomexico.colmex.mx/textos/El%20genero%20en%20ciencias%20sociales.pdf “El género en las ciencias sociales” Rosa Cobo Bedia. Texto que explica el uso de los concepto género en las ciencias sociales así como la despolitización de éste en el panorama neoliberal.
2.-Abya yala es también un término utilizado por algunas comunidades como un término de resistencia frente al colonialismo europeo. Nombrado así por el pueblo Kuna en Panamá y adoptado en otros espacios así como también por feministas y activistas decoloniales/comunitarixs como signo de reapropiación de nuestras raíces y resistencia en un proceso de elaboración de identidades en rebeldía. Por lo que recuerdo, lxs Kuna lo utilizaban para nombrar todo aquello que estaba al norte y al sur de su territorio y literalmente significa tierra en plena madurez o tierra de sangre vital.
3.-Haciendo un guiño a la frase Simone de Beauvoir "El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente".
4.-Invito a revisar un poco sobre la perspectiva del tiempo aymara, que mira al pasado de frente y al futuro de espaldas, dando a entender que desde nuestra memoria podemos generar las herramientas para abrirnos paso en un futuro desconocido.
5.-Los siguientes artículos desarrollan un poco este debate de manera didáctica y muy simple. http://beatrizgimeno.es/2011/06/01/crear-un-monstruo-para-que-nos-devore/ http://www.elquintopoder.cl/genero/el-hembrismo-un-mito-producto-de-los-miedos-machistas/
6.-Llegando a extremos como en el caso del encuentro feminista 2012.
http://www.kaosenlared.net/america-latina/31830-la-hegemon%C3%ADa-genital-del-feminismo-de-s%C3%B3lo-mujeres1.html “La hegemonía genital del feminismo de (sólo) mujeres” Texto de Cristián Cabello, militante CUDS 
https://docs.google.com/document/d/1ynxQP5Ts4PEBCJOc1HlA80POUCD3RfkcpSL3FMm13v0/edit?pli=1 “NO SOMOS DIGNOS. A propósito del Encuentro Feminista a realizarse en noviembre de 2012” Francisca Barrientos
www.revistas.uchile.cl/index.php/NO/article/download/25013/26364 Respuesta de Articulación feminista ante la polémica 
http://www.marchamujereschile.cl/declaracion-publica-de-la-marcha-mundial-de-las-mujeres-chile/ Declaración de MMM por renuncia a la organización del encuentro.




Homenaje a Hija de Perra

La monstruosidad es algo que atrae, que repele, que intimida, que asusta, y en este país, en esta realidad, son muy pocos quienes han tenido el coraje de ponerse de pie y asumir con orgullo todas esas particularidades que la sociedad aborrece.
Hija de Perra, fue alguien que tomó todas esas cosas, toda esa “inmundicia”, toda esa diferencia, todo ese horror, y en lugar de verse superada por ello, lo llevó sin vergüenza, con tacos altos, sin bajar la frente, porque te armaste con todo lo que quisieron quebrarte, y construiste un legado que va a perdurar más allá de tu muerte.

Nos enseñó a desbordar identidades, romper mitos e imaginarios, a ser bien ridículas y sentirnos bacán por ello. Que más allá de discursos y libros, su proposición fue plasmada en cada una de sus intervenciones sin hacer uso de mayor explicación, ya que éstas hablaban por sí solas.

Desde la periferia de las identidades supiste hacer una trinchera que no pudieron derribar. Gracias por la permanente disposición, por el legado y las nuevas formas de hacer política así como por el aprendizaje generado en cada una de las interpelaciones que hiciste tan solo mostrándote en público. Te despedimos con un recuerdo alegre, sabiendo recordar las manos que están y que vienen para la lucha. Nos prepararemos para formarnos y reforzar nuestras convicciones, entendiendo que este camino es de largo aliento, pero con cada cuerpa, seguiremos avanzando. Juntxs.

Y aún corriendo el peligro de caer en expresiones propias del cliché o en otras formas de despedida tan ordinarias, vale la pena decir que nos alegramos de haberte escuchado, conocido -aunque fuera un poquitito- y de haber podido contar con esa inmunda presencia tuya en nuestra facultad, donde montones de ojos ajenos, curiosos y morbosos, se acercaron a escuchar lo que tú y varias otras tenían que decir, lo que tú y muchas otras siempre estuvieron, están y estarán aportando a la lucha. Porque esa presencia tan fabulosa no podía ser indiferente; algo gritaba (o más bien gemía) desde lejos, quejándose y denunciando aquello que se nos impone y que a todxs nos oprime, y cuyos límites cruzabas constantemente, de una manera admirable(mente pervertida).

Es fácil ocultarse en lo extravagante, no es complejo actuar de manera sórdida frente a un público; lo que sí es difícil y complejo es usar esas experiencias, VIVIRLAS y defenderlas con orgullo. Hija de Perra fue, es y será un ejemplo de coraje, compromiso, de lucha, de resistencia. Wally representa a lxs más marginadxs de esta enferma sociedad, incomodando y enfureciendo a quienes sostienen el patriarcado junto con el capitalismo. Si antes fue la abuela Lemebel, hoy era Hija de Perra, popular, coherente en su decir y su actuar, siempre presente, quien representaba a la escoria, a los “mejor matenlos” a los “metamos a todos los flaites/colas/etc. en un estadio y tiremos una bomba”. El haber presenciado sus performance y haber compartido el espacio de trabajo de la Facso, con disposición y preparación, fue una experiencia que nos llena de orgullo, no porque Hija de Perra moderara nuestra actividad, sino por el poder compartir un espacio de lucha desde nuestras distintas trincheras, golpeando al mismo enemigo.
Su partida debe inspirarnos, debe instarnos a liberar nuestra sexualidad latente, debe hacernos orgullosos de ser lxs marginadxs, colas, trans, camionas, travas, putas, debe hacernos romper los esquemas, debe mostrar que la Revolución no la hacen los hombres, la hacemos todxs, y especialmente nosotrxs, lxs malditxs de esta tierra.

Interseccionalidad: Una urgente necesidad de modernizar la Izquierda

¿Qué es la Interseccionalidad? Es el estudio de las intersecciones entre las formas o sistemas de opresión, dominación y discriminación, en términos técnicos.

La urgencia de este concepto -que puede parecer bien vago- la extraeremos de ejemplos ilustrativos, para mostrar la necesidad -tan dejada de lado- de comenzar a validar e integrar diversas formas de lucha, las cuales no han tenido, para las teorías principales, el peso que en realidad  poseen.

Que una persona negra viva en condiciones precarias -más aún, inhumanas-, todavía concentrados en las zonas pobres de las ciudades no estriba inicialmente de un problema de clase, sino que de raza. La historia de las personas de color (término usado por las mismas razas/etnias para referirse a sí mismas y diferenciarse de las personas blancas), sobre todo la de la raza negra, nos muestra un modo de explotación que no puede explicarse con el análisis normal de la lucha de clases. Luego de la esclavitud, luego del apartheid (al menos nominalmente), los negros continúan viviendo en guetos, continúan sumidos en la pobreza debido al racismo y al colonialismo. Los “Pueblos originarios” de Nuestra América, muchos totalmente exterminados, sufren condiciones similares, basta con notar que las mayores tasas de pobreza se encuentran en la Araucanía, donde el robo de tierras y el constante asedio por un Estado terrorista es una constante; o el caso de los Aymaras, a quienes las grandes mineras les roban el agua desviando sus cauces naturales o agotando las reservas subterráneas, nuevamente reforzando la doble o a veces triple explotación de los Pueblos.

Que la mujer sea tratada -como dijeran Los Prisioneros- como “ciudadano de segunda clase”; que sea tratada como un objeto; que tenga un rol definido a fuego como la obligación social de la maternidad, del cuidado del hogar, de los niños, ancianos y enfermos; que tenga un rol pasivo frente al hombre proveedor (y si trabaja: doble jornada laboral; su trabajo fuera del hogar y el trabajo doméstico); y muchas variables más, no estriba inicialmente de un problema de clase, sino que de género. La derrota histórica del género femenino -el consenso histórico lo liga a la sedentarización en el neolítico- vino a instaurar un sistema de opresión sistemática a la mujer y todo lo que sea socialmente considerado como “femenino”.

Lo anterior no quiere decir que sean inexistentes las diferencias en configuraciones y niveles de explotación de clase -una mujer burguesa claramente tiene más privilegios que una mujer obrera-, las problemáticas mencionadas tienen varias de sus consecuencias en explotaciones de clase, no obstante es errado anunciar, como ha venido haciendo la izquierda desde tiempos inmemoriales, que la problemática de clase sea el principal articulador de explotaciones y opresiones y por ende la gran y primera prioridad revolucionaria. El génesis de la opresión/explotación de género y de raza recae en el patriarcado y la supremacía blanca, respectivamente. Adrede me estoy saltando las variables culturales e históricas que configuran de manera más fina este trazado en pos de no escribir un artículo ilegible, pero podemos definir tres pilares fundamentales desde donde provienen las problemáticas que enfrenta la humanidad: la clase, el género y la raza.

El ser una persona con intenciones revolucionarias, sea aquélla de la clase trabajadora o no, crea una posición bastante cómoda para declarar que la lucha de clases es la lucha primera para llegar al Socialismo, sobre todo siendo hombre. Como sucede con cada idea hegemónica o naturalizada el cuestionarla siempre causa resquemores, pero ello no ha de sorprendernos, puesto que son hombres blancos occidentales quienes han escrito la Historia y quienes la han teorizado. Es abrumadora la abundancia teórica del Marxismo y otras corrientes de intención revolucionaria, pero ésta se queda corta al momento de analizar las variables de género y raza, dejándolas en un segundo plano, o lisa y llanamente negándolas. Sí, se han hecho análisis e intentado teorizar sobre problemáticas más allá de la clase, como Engels en “La sagrada familia”, pero estos análisis suelen quedarse cortos al momento de intentar aprehender las reales causas y consecuencias específicas del género y la raza y la totalidad de la estructura del sistema opresor. Las principales teorías de intención revolucionaria fueron hechas al calor de las revoluciones europeas o en época de guerra fría, muchas quedándose en los mismos cánones ortodoxos de épocas que poco tienen que ver con nuestros innumerables contextos culturales e históricos. Hace rato que es momento de quitarse la venda de los ojos que las luchas y corrientes históricas lamentablemente han puesto sobre el "mainstream" revolucionario. Se dijo desde siempre que la entrada masiva de la mujer al mercado laboral iba a generar las condiciones para su emancipación, sin embargo hoy es posible argumentar lo contrario. Es necesario insistir en quienes desarrollan las teorías de intención revolucionaria; además de hombres, son intelectuales que muchas veces son ajenos a muchas luchas dadas fuera de la academia, debido a su aparente lejanía o su estatus de "minoritarias".

Ahora, miremos el mundo desde la óptica de la mujer negra. Está sumida en la miseria generalizada debido a su raza, basta con ver las estadísticas estadounidenses para pensar que la mujer negra es casi inherentemente de clase baja; está sometida violentamente a los designios del género masculino, siendo ella la madre soltera que cría 4 hijos o más en una vivienda social. El mismo ejercicio es aplicable desde el Pueblo Mapuche, las comunidades Aymaras, los inmigrantes en nuestros barrios.

Mientras más brutalizado y sometido a la ignorancia está el hombre, más violenta es su expresión del patriarcado. Y aquí me detengo en un punto que ilustra por qué el género es tan importante como la raza. Suele ignorarse que todo hombre tiene el privilegio de ser precisamente eso, un Hombre, independiente de cualquier variable; ni su clase, ni su raza, ni siquiera su orientación sexual (hilando un poco más fino) puede llegar a quitarle ese privilegio. Y si aún no es evidente cuál es este privilegio, basta con salir a la calle y fijarse en aparentes nimiedades; vestimenta, publicidad, sexualidad, etc.; como leí por ahí, “un hombre sale a la calle con miedo a que una mujer lo rechace; una mujer sale a la calle con miedo a que la violen o la maten”.

Ahora, rotemos un poco la mirada hacia una mujer negra viviendo en condiciones de inexistencia de clases sociales. Podemos imaginar que de todas maneras se hallará en un mundo donde es lanzada hacia un lado por no ser blanca, de todas maneras estará inmersa en un mundo de hombres, disminuida material y simbólicamente por ser mujer. Para ella la clase no es el dilema principal, siempre ha sido o esclava o pobre. Una mujer negra de clase alta -para usar un ejemplo ilustrativo, pensemos en una Beyoncé- sigue sumida en un ambiente brutalmente violento, sometida siempre al escrutinio masculino por cómo es su figura, por si se comporta “femeninamente” o no, por si está bien maquillada; incluso, su imagen es blanqueada -revistas exitosas muestran mujeres blancas en todo su esplendor, con su brillante y colorida ropa, mientras que cuando toca mostrar a una mujer negra la colocan en blanco y negro, con el tono lo más cercano posible al blanco. Con el dinero, viene el blanqueamiento, tanto de la imagen como de la cultura. Los pueblos negros tienen su propia expresión cultural; un lenguaje propio -en inglés, con una gramática que haría llorar a cualquier noble ilustrado de peluca blanca-, tiene formas de vestirse, de distinguirse frente a la cultura hegemónica, formas de actuar, formas de socializar. El “ascenso social” elimina la cultura, la blanquea; sin embargo, por muy blanca que se comporte, jamás será vista como una igual, ni por sus pares de clase ni por los hombres ni por los pobres: sigue siendo negra, sigue siendo mujer.

Podemos hacer un ejercicio similar al situarla en un contexto de igualdad racial o de género; en ambas situaciones no deja de verse oprimida o explotada por las otras dos variables. Es así como se ve la necesidad urgente del feminismo, más urgentemente del feminismo negro, del feminismo indígena, del feminismo anticolonial. Es imposible ser un revolucionario sin ser feminista, y viceversa, ¿o acaso existe un actuar que pretende emancipar a cada ser humano que no integre al Feminismo? No es la clase la variable que articula las explotaciones y opresiones. Son las tres nombradas -raza, género y clase- las que se articulan entre sí, ninguna siendo independiente de la otra. El sistema impuesto en el mundo es el Capitalismo; es el Patriarcado; es la Supremacía Blanca.

Si la práctica y la experiencia revolucionaria no es interseccional, lo digo tajantemente: no sirve, no emancipa a cada ser humano en todas sus dimensiones. ¿Qué sería de la indígena transexual? ¿Qué sería de la negra lesbiana? La mentalidad occidental -blanca- ha permeado y permea nuestro pensamiento y nuestra ideología. Es por ello, compañerxs, que no podemos caer en la falacia de afirmar que la lucha de clases es la lucha prioritaria y principal, ya que probablemente una mujer hindú; una musulmana; un homosexual condenado a muerte en Somalia, en Mauritania, en Nigeria; tengan una opinión bastante divergente, la cual no podemos ignorar debido a la comodidad de la ortodoxia y del pensamiento masculino, blanco y occidental.

Ulises Zepeda, militante de nuestro colectivo.

Entrevista a Silvia Lamadrid, académica de FACSO: Contraste entre 2013 y 2014

Entrevista a Silvia Lamadrid, coordinadora del núcleo de género “Julieta Kirkwood” (Abril de 2013


El año pasado, luego de nuestra constitución como Colectivo, realizamos esta entrevista a Silvia Lamadrid, académica de la Facultad, coordinadora del núcleo de género de Sociología. Con esta publicación queremos contrastar el estado en el que se encontraba el tema del Género en la FACSO -aquí se muestra más la academia, pero ella tiene un fuerte correlato con el tratamiento del tema desde pregrado- y cómo se trata hoy. Estudiantes antiguos y nuevos podrán contrastar si ha cambiado en algo la Facultad.





“Silvia Lamadrid es socióloga, encontrándose en este momento haciendo un doctorado. Desde la Sociología ha estado participando desde los noventa en el Feminismo, y como activista estuvo presente en temas de derechos de las mujeres desde los ochenta, participando en distintas organizaciones de mujeres. Trabajó un tiempo en el SERNAM, dedicándose luego a la Academia en la Universidad de Chile.



El núcleo


TDM: ¿Cuáles han sido las actividades que ha realizado el núcleo desde su formación hasta el día de hoy?

SL: Existen otros profesores interesados en el tema; Catalina Arteaga y Claudio Duarte. Fue con ellos con quienes creamos el núcleo, éste convocó originalmente sobre todo a egresados y egresadas… egresadas, en realidad. A la fecha hemos convocado sólo a un egresado. Con eso partimos, nos costó bastante instalarnos. Hicimos publicaciones, no nos resultó, pero ya por el 2007, 2008, enganchamos con la idea de la revista del núcleo -Punto Género-, y ahí le dedicamos los mayores esfuerzos. Yo diría que eso ha sido la actividad central. Junto con ello hemos tenido otras actividades de difusión, de organización de seminarios, hemos organizado mesas en ALAS, pre-ALAS y también debates internos. Hemos tenido también la intención de tener otra publicación digital, menos rígida que la Punto Género, la cual debe cumplir normas académicas. Queremos tener una que sea opinante.

TdM: ¿Hacia dónde se dirige el núcleo de género, hacia dónde apunta el trabajo que están realizando?

SL: Creo que lo más importante es darle mayor peso académico al tema, esa es la pega de nosotros. Allí hay una pega importante, si el género debería ser obligatorio, si eso debería estar instalado en la malla. Tenemos dos posiciones: unas opinan que debería ser obligatorio, mientras yo pienso que la malla debería ser flexible entera, la Sociología es tan grande que no deberíamos limitarla. Pero veamos qué sale, creo que lo que importa es que existan diversidad de opiniones. Ahora lo que sí creo es que ponernos muy constructivistas en materia de género en este lugar concreto de la Sociología es un poco peligroso, acá lo que se va a soportar es si los convencemos que la temática de género es importante para la estructura social, la economía y la política. Si dejamos instalado eso, podemos ingresar más; debemos convencerlos de que la estructura social no se entiende si no vemos el tema género; que es distinto ser hombre que ser mujer, porque están pasando cosas distintas con ello.

PARADIGMAS


TdM:, ¿Cuál es su mirada del tema en términos paradigmáticos?

SL: En género hay bastantes teorías, no existe una Teoría de género, lo que sí aporta es la mirada de que acá existe un elemento importante para entender la sociedad, pero ese elemento puede ser considerado desde un punto de vista relativamente conservador en el sentido de que ahí lo que interesa es integrar a los desintegrados a un sistema nefasto.

Nos posicionamos en el cuestionamiento de una sociedad que produce opresiones y, al mismo tiempo, se sustenta en las mismas. Si queremos destruirlas tenemos que pensar en el conjunto de todas las opresiones. Yo no hablaría siquiera de desigualdades, el cual me parece un pésimo término. Práctico para la lucha política, pero en realidad el problema no es el ser igual o no, el problema es de relaciones de dominio y de opresión, ya sea que ese dominio y opresión signifiquen explotación económica -como en efecto ocurre con las mujeres-. No es sólo que las mujeres seamos “menos”, “débiles”, “frágiles”, “amorosas”, sino que toda la construcción patriarcal hace que la mujeres nos convirtamos en mano de obra gratuita, o barata eventualmente, para ciertas funciones que si la mujer no se hiciera cargo la sociedad tendría que pagar por ellas.

Develar lo anterior, develar por lo tanto el que haya una buena parte de la humanidad que está obligada en un sentido de normas de tradición cultural a hacer ciertas cosas sin reclamar por ello justa recompensa es notable, ¡hasta cuándo! Eso en términos de explotación. En otros ámbitos lo que se establece es un tipo de dominación que construye personas de primera y de segunda categoría y que elimina partes de la experiencia humana por forzarlos a ser de una determinada manera, que es la manera que le conviene al sistema para perpetuarse, por ejemplo, todas las sanciones hacia la diversidad sexual y todas las sanciones a los comportamientos que no se ajustan a lo que la sociedad chilena establece como “comportamientos correctos”, cómo casarse, tener hijos en el matrimonio, todas esas cosas.

Lo anterior no quiere decir que dentro del núcleo no haya quienes trabajen el tema bajo diversos enfoques; los temas de debate sobre identidades de género diversas, sobre construcción, sobre considerar las construcciones de identidades de género como un proceso en permanente contención hemos hecho menos énfasis, pero no quiere decir que nos opongamos.


En la FACSO


TDM: Cómo han percibido el tratamiento que se le ha dado al tema del género dentro de la facultad, como también en los espacios que se han levantado para ello -ya sea dentro de las mallas curriculares, actividades de facultad, etc.?

SL: Creo que resulta sorprendente que la Universidad de Chile, que se ve a sí misma como líder en muchas cosas, sobre todo en esta facultad, esté tan atrasada, que sean tan fuertes los prejuicios patriarcales, que no se haya logrado instalar un tema que es tan obvio. Todo esto siendo que fue aquí mismo, en esta facultad y en la facultad de al lado donde se crearon los primeros centros universitarios de género. No obstante, sucedió lo que sigue sucediendo en muchas partes, el tema se ha convertido en un ghetto, se nos permite existir pero como una suerte de tumorcito, no como una parte integral. Aquí el género se percibe como una dimensión de la estructura general, como una distracción, una cosita rara… ¡Una cosita rara que involucra a la mitad de la humanidad y más!
Incluso es muy loco que, en otras universidades, como podría ser eventualmente la universidad de los jesuitas (¡católica!), se trate el tema como algo normal. Aquí es una cosa exótica, como un plus. Más encima, el Estado ha estado embalado en transformaciones en materia de equidad de género, y nuestros egresados, si no han hecho voluntariamente un curso electivo, salen redondos respecto al género. Y si les preguntan sobre el tema no tienen idea y además tienen la patudez de hablar, e incluso ocupar cargos, no sabiendo un palo sobre género. Todo esto porque nuestra carrera no ha asumido que ya se sabe que esto es un pilar de la sociedad.
Existe una ceguera enorme, “no, si eso no importa”, “no, si los indígenas no importan, “no, si lxs transgénero no importan”.


En lo Nacional


TdM: Fuera de lo académico, ¿cuál su opinión acerca de las organizaciones disidentes e institucionalizadas, entendiendo sus planteamientos y su forma de desenvolverse en el espacio público?

SL: Yo me considero feminista, no lo ando gritando por razones obvias, se me desespera el ambiente, sin duda tengo el cartel de feminista y loca más encima, porque son como sinónimos. No tengo mayor militancia feminista más que ésta en buena parte por cómo ha sido en la historia, porque el desarrollo de las organizaciones de mujeres ha sido bien complejo. Personalmente participé del movimiento de mujeres de los 80’ y tengo serias dudas del hecho de llamarme feminista en ese momento, porque estaba tan marcada la lucha contra la dictadura que aunque adentro habían demandas feministas, eran las menos y, concretamente, cuando empieza la transición la verdad es que la demanda feminista, si es que no hubiera tenido apoyo de las Naciones Unidas, creo que nos hubiera ido pésimo.

No deja de ser chocante que, por ejemplo, recién en el gobierno de Lagos y tan a contrapelo hayan firmado la ley de divorcio. Algunas otras cosas más interesantes ocurrieron, como el terminar con la diferencia entre hijo legítimo y no legítimo, eso fue súper importante. Pero igual, por ejemplo casi todo lo que se ha hecho en políticas públicas ha tenido que ver más con proteger a mujeres pobres que con derechos de la mujer, excepto con derechos civiles, que a nivel de código civil la cosa era vergonzosa. Ya era añejo el código civil para el 73’, imagínense 20 años después, era para llorar. De hecho, no había ni divorcio. Frente a ello ha habido una puesta al día, una puesta al día sumada al apoyo de políticas públicas para mujeres jefas de hogar y cosas por el estilo. En materia de avance en derechos de la mujer ha habido harto poco, ha habido avances en posicionar a mujeres como menos débiles -estos más importantes hace 40 años- pero una nada. La mejor prueba es la situación de los derechos sexuales y reproductivos que es francamente para llorar. En eso creo que la Concertación fue extremadamente hábil en desmoronar las organizaciones que había, las organizaciones sociales en general y las organizaciones de mujeres en particular. Porque más fuertes que en otros sectores, el SERNAM se constituye como un ente donde casi es él solo quien posiciona políticas de manera totalmente inconsulta con las organizaciones sociales de mujeres. Cuando entré a trabajar en el SERNAM, que fue como en el año 99’, estaban consagrando el segundo plan de igualdad de oportunidades y tuve que ir como recién ingresada a un evento en el SERNAM de Santiago. Entonces habían invitado a un montón de mujeres pobladoras, toda la clientela de la Concertación digamos, y presentaban el PIO e iban leyendo; “vota que sí o que no” -decían- “¡Que sí!” y listo. ¡Qué payasada era esa!, era para llorar, porque el tal PIO se producía en base a técnicas y políticas que luego se volcaban al pueblo, entonces en ese contexto permanecieron las organizaciones de mujeres que tenían un sentido económico, y, cuando vino una bonanza económica, desaparecieron. Han sobrevivido algunas feministas, varias organizaciones feministas que juran de guata que es movimiento, esto no es un movimiento social, no dan batalla y son organizaciones valientes, valiosas, pero, a fin de cuentas, casi inútiles. Para el 8 de marzo fui (a la marcha por el día de la mujer), pero fue terrible es 8 de marzo. De partida me junto con mis viejas -amigas- y lo primero que me dicen es que estamos acá, pero las otras están allá y éstas se pelearon y en la reunión del 8 de marzo las Pan y Rosas por un lado, las otras por acá, había otra cosa en el centro, la Tohá no había dado permiso para que se hiciera el evento en la plaza de armas... Más encima, todos los carteles hablaban de cualquier cosa, menos de la mujer. No había una organización de mujeres… Pan y Rosas es feminista y creo que la diversidad sexual es fantástica, pero qué quieres que te diga, era el día de la mujer. Era realmente terrible, terrible y después, ya, grupos sindicales, patria o muerte (risas)… terrible. Creo que esta difícil la cosa. Ahora, la diversidad sexual ha planteado temas interesantes y, como tienen demandas más concretas, eso les ha permitido articularse bastante mejor. Además de la emergencia del mundo gay –cuico-, que ha planteado muy exitosamente demandas que en la estricta verdad son de clase media para arriba. Porque para que tenga sentido pelear por el matrimonio hay que tener propiedades, si no tienes propiedades te da lo mismo.

TdM: ¿Cuál es su opinión respecto a las políticas que se han tratado de promover por algunos grupos más conservadores (ej. =iguales)? Podrían ser el AVP, o la ley anti discriminación, entendiendo que a lo mejor no son las políticas más urgentes o que no representan a la mayoría.

SL: Tal vez nos son las más urgentes, pero si logran constituirse en las que arrastran, son las que importan. También hay que tener efectividad política. Y claro, es cierto que es muy divertido, siempre ha sido muy divertido. Quienes empezamos como militantes de izquierda, feministas, anti matrimonio, ahora estamos pidiendo por el derecho a casarse. Los heterosexuales no se casan y los homosexuales quieren casarse. Pero es que no es sólo el problema de la propiedad, hay otro elemento más que es bien importante de por qué legalizar las uniones. Ojalá en el mundo de las demandas de las mujeres encontráramos algo que fuera tan movilizador como esto, pero, ponte tú, la legalización del aborto es compleja, muy compleja. Por la tremenda campaña en contra que se ha hecho. “El aborto es satánico”. Aunque ahora en el sentido común chileno está disminuyendo eso de que el aborto sea tan satánico. Y hay cierta tolerancia, pero el sector anti-aborto es de un fundamentalismo sorprendente. ¿Ustedes conocen una canción que se llama...? no recuerdo el nombre de la canción, pero era una canción de los 70 que es sobre un niño abortado. ¿No? Búsquenla… Trigo Limpio se llamaban los cantantes, búsquenla en YouTube. ¡Es maravillosa! “¿Qué tal, mamá? Escuché a un señor que discutía contigo y tú llorabas, yo te quiero mamá…” y al final le dice: “Parece mamá que voy a morir, porque tú llorabas y el señor ganaba… Así que, adiós mamá, bañado en sangre me voy”.

TdM: (Risas) La gente cree que es así en la realidad.

SL: Claro, no hay caso de hacerle entender que efectivamente hasta los 3 meses no hay desarrollo neurológico como para hablar de vida humana.

TdM: Y casi todos son antes de eso.

SL: En fin, por eso creo que es difícil ¿por qué deberíamos luchar en realidad? En realidad deberíamos luchar por una educación sexual. Pero la actitud del sentido común respecto a la educación sexual es tan ambigua, que no se logra percibir la fuerza de la demanda, de la necesidad de la demanda. De que es una necesidad, que no es ningún lujo. Porque no lo es, si se han fijado, pero cada vez que se habla de aborto se dice: “Es que debería haber educación sexual...” ¡Y no hay pues! ¡Ese es el problema!

Primera Reunión Abierta


Reunión abierta 2013
Colectivo de género Tacones de Matthei

Tabla:

1.   Presentación (carácter, diagnóstico)
2.   Objetivos
3.   Áreas temáticas
4.   Preguntas/Discusión
5.   Propuestas

a.1) Caracterización del colectivo.

a.2) Diagnóstico y lectura general del momento:

Hablamos sobre:
-El desalojamiento de la temática hoy en día en la facultad, ya sea por la forma en cómo se ha tratado el tema, así como los prejuicios de los estudiantes.

-De nuestra facultad sobreideologizada y elitizada que no daba espacio para la temática y tampoco buscaba tratarlo de manera que las bases puedan tener una discusión fluida del tema (excesivo academicismo).

-Las prácticas machistas en las que incurre muchas veces la izquierda de carácter revolucionario (o que se hace llamar así), donde entra tanto la relegación de la mujer a labores secundarias así como la masculinización de la mujer que ingresa a espacios políticos o de poder (cosa que se da también fuera de la izquierda. Ejemplo de esto es nuestra querida musa del colectivo)

-Que estamos frente un movimiento descompuesto y por tanto despolitizado, donde la gran mayoría se enmarca en las agrupaciones de corte institucional con demandas faltas de contenido que se mantienen en los problemas superficiales, mientras que otra parte se integra a los grupos disidentes, con demandas más profundas y con acciones muchas veces más reivindicativas pero que se entienden en un contexto donde existe una clara diferencia en cuanto a la fuerza del movimiento.


b) Objetivos:

Por un aspecto metodológico se establecieron objetivos en el corto y largo plazo, entendiendo que nuestro objetivo final, así como cualquier organización de izquierda es eliminar las prácticas de dominación, llevándolo a lo cotidiano, acabar con las relaciones de dominio y opresión, en general. Problematizar el poder, horizontalizar las relaciones de poder, es en ese sentido donde queremos materializar el discurso en el día a día, cambiando así las relaciones sociales.

Entendemos que el objetivo final es exigente y en cuanto al área en que nos enfocamos buscamos revitalizar los temas de género, entendiendo que es un tema que afecta a la mitad de la humanidad (y más allá, entendiendo que las mujeres son afectadas, pero también la población no heterosexual y los hombres que viven oprimidos, condicionados y normados por un sistema y una moral que busca mantenerse hegemónico en razón de la dominación de la población).

Buscamos generar un marco reivindicativo estudiantil, así como analizar cómo ha tratado la izquierda estos temas.

En el largo plazo:
-Instalar temas, que generen inquietud en el estudiantado.
-Ver el aporte de las ciencias sociales respecto al tema

En el corto plazo:
-Generar actividades que aporten en instalar y problematizar la temática; generar relaciones con otros espacios y Avanzar en la autoformación, avanzar en el conocimiento teórico.
-Problematizar ciertas prácticas como masculinizarse para ser líderes, al igual que otros ejemplos mencionados anteriormente.

c) Temas prioritarios:

-Aborto: tanto a nivel de políticas públicas, como la desmitificación del tema.
-Cosificación de la mujer: publicidad, mmc, estereotipos.
-Roles de género.
-Transgénerxs.
-Como se reproducen los estereotipos.
-Otros puntos relevantes: dominación del género en el sistema neoliberal, patriarcado chileno. Cuál es el rol de la iglesia.


d) Preguntas/Comentarios/Discusión/Aclaraciones:

-Faltó agregar como temática las prácticas sexuales.

-¿Por qué se organizan como colectivo, específicamente?

Inicialmente nos definimos como un colectivo ya que somos pocos y un par de nuestros objetivos principales actuales son la difusión y autoformación, cosas que creemos son más fáciles de lograr en la realidad de Facso a través de un colectivo. En un futuro, dependiendo de cómo se den las cosas, podríamos pensar en reorientar la organización.  Además existen espacios institucionales en la facultad, por lo que organizarnos como una secretaría o algo así podría pasar a llevar ese trabajo sin una discusión previa.

-¿Qué significa que sea un colectivo de género? ¿Se distancian de lo político?

Somos una organización política, ya que creemos que este tema es político y la forma de trabajar en esto también lo es. En específico tenemos una posición disidente sexual y no tenemos acercamiento con un colectivo político específico.

-¿La reflexión que se dará, la harán sólo en oposición lo neoliberal, o también tendrá una revisión histórica?

Entendemos que el  patriarcado no nace con el sistema neoliberal, sino que ha existido desde antes de la aparición del capitalismo, por lo que más que cambiar la estructura de dominación en los sexos, cambian las formas en cómo ésta se expresa; cosa que pretendemos abordar en autoformación. Entonces sí, haremos una revisión histórica, sólo que enfatizamos en cómo el neoliberalismo ha profundizado la opresión.

-¿En qué medida van a hablar académicamente, harán foros? ¿Se asocian a cierta teoría?

Primero discutiremos las divergencias existentes en lo teórico, esa también es la gracia del colectivo, que está conformado por distintas opiniones, la idea es reflexionar y problematizar estas distintas posturas. Tenemos contemplada la realización de actividades con el objetivo de ahondar y discutir las distintas líneas teóricas. Cada cuánto tiempo se hará esto está sujeto a la cantidad de personas que tengamos y las inquietudes generadas.

-Duda conceptual: ¿Qué es género? ¿Qué es disidencia sexual?

Nosotros entendemos el género como una construcción en 3 niveles: la biología -características sexuales secundarias, ya sea masculino, femenina o intersex (hermafrodita)-; el género -la identidad psicológica que un@ asume o construye (hombre, mujer, una combinación de ellas o ninguna)-; y la sexualidad -atracción física y/o psicológica por algún (o ningún) género en específico. La disidencia sexual es un posicionamiento político, una crítica política a las construcciones y normas.

-En chile la disidencia nace como oposición a la “diversidad sexual”, definida como una “comunidad” diversa, que vive individualmente, sin integrarse realmente en la sociedad y que refuerza la primacía del gay blanco cuico. Existe una disconformidad por parte de ciertos grupos, respecto al lobby, al hecho de transar con la institucionalidad y la forma en cómo se priorizan y se desarrollan las demandas del sector, como es el caso del AVP.

-Es emocionante esta instancia ya que nunca había existido un grupo como este. Es difícil instalar estos temas en la facultad, por lo que se espera que esta instancia prospere, pese a las dificultades. Se puede algo con el núcleo de género, desde éste se puede entregar material. Desde otro lado que no sea lo institucional, si no hablas desde el marxismo nada es válido. Se plantea el tema del género como una exigencia, la enseñanza de este y otros temas aún sigue siendo electiva.

-¿Para qué luchan, por qué se hace un énfasis en lo de género y no en otro tema y cuál es el horizonte al cual apuntan?.

Entendemos la lucha de género como un punto de encuentro entre las distintas demandas sociales (no podemos negar la relación entre las condiciones y diferenciaciones que se generan en torno al trabajo, la educación y la salud, entre otros); y como hemos mencionado, el cambio de sociedad no es simplemente sacando un modelo económico; sino cambiando al sistema en su conjunto, y vemos el enfoque feminista como una forma de hacerlo. Nuestro horizonte es la eliminación de la sociedad patriarcal y heteronormada, donde exista la igualdad de género, entendida como el respeto de todas las formas de expresión y construcción y que ninguna esté sobre otra.

-Su trabajo se plantea sólo en FACSO, o también se extiende a JGM?

En un principio en FACSo, debido a nuestras capacidades y limitaciones, además de los objetivos que nos planteamos. Eso sí tenemos como horizonte trabajar en conjunto con otras organizaciones, ya sea a nivel de campus o también algo más amplio -como la CODiSEX-.

-¿Por qué se llaman así?

Evelyn Matthei representa mucho de lo que no buscamos, la masculinización y prepotencia para alcanzar el poder y ejercerlo, la explotación y opresión de una mujer por sobre otras mujeres y el resto de la población, etc. Los tacones los tomamos como un elemento de la performance, aunque no tod@s dentro del colectivo estén/estemos de acuerdo con ese aspecto de la lucha.

e) ¿Ahora qué?

Hoy en día tenemos dos ejes:

-Autoformación  e historización
-Grupos de trabajos

Planteamos la idea de trabajar en conjunto estos temas, ya sea con nuev@s militantes que ingresen al colectivo o con personas que estén interesadas en estos temas pero no quieran/puedan asumir un compromiso mayor.

Pronto se realizará una jornada de discusión sobre el carácter y objetivos finales que tendrá el colectivo, instancia a la que se invita a todos quienes quieran formar parte de la organización.


Porque contra el machismo neoliberal
Los tacones se han de alzar!
Colectivo Tacones de Matthei, 23-04-2013