Nuestro Manifiesto


Colectivo Tacones de Matthei

Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Chile


En pleno siglo XXI todavía podemos apreciar diversas formas de opresión, las cuales han mantenido en la exclusión, no sólo a las llamadas minorías, sino a gran parte de la población. Resulta irónico el hecho de que existe una minoría, conformada por hombres blancos, heterosexuales, cisgéneros y acomodados; minoría que establece arbitrariamente y de acuerdo a sus intereses de clase, los parámetros de relaciones sociales y económicas.


Es bajo el control de esta minoría que a través de la historia se han visto distintos procesos de transformación cultural y social, donde la influencia y acciones del patriarcado -sistema impuesto por estos grupos- se ha mantenido como un elemento en común, incluso llegando al punto en que varias organizaciones que luchan en pos de los derechos de la mujer y/o la “diversidad sexual”, mostrándose como progresistas, mantienen todavía un enfoque que reproduce las prácticas machistas y heteronormativas.


En respuesta a estas organizaciones, hoy en día se han visibilizado otras que han generado una postura más politizada con respecto al tema y que intentan subvertir la norma impuesta a la vez que critican las reformas que no han significado una solución que llegue a los aspectos más profundos en los cuales estas problemáticas se originan y que, por lo tanto, no genera fracturas ni remece la estructura del patriarcado. Siguiendo esta idea, creemos que ha habido una sobreexposición o explotación de las demandas de corte integrativo frente a las demandas estructurales, posicionándose mediáticamente reformas legales que, finalmente, no afectan en nada las condiciones reales de los grupos excluidos.
Entendiendo y observando las contradicciones existentes en la sociedad, causadas tanto por el patriarcado como por el modelo económico impuesto y las relaciones sociales que este conlleva, hemos concluido que al no tener un espacio organizativo que surja desde los estudiantes de la facultad, que proponga e instale temas que trascienden a las distintas luchas sociales -con un enfoque feminista- es necesario organizarnos para develar aspectos que han sido invisibilizados y naturalizados incluso desde los mismos sectores movilizados. Más allá de eso, buscamos politizar el espacio potencial que se ha generado desde los mismos géneros oprimidos y su entorno, quienes en general no han llegado a superar su malestar individual ni han convertido esta situación en un discurso que se materialice en el espacio en el que nos desenvolvemos.


Nos definimos como un grupo feminista que se posiciona desde la disidencia sexual, entendiendo la sexualidad como una trinchera de lucha, subvirtiendo desde lo cotidiano las prácticas machistas y opresivas, viendo como horizonte el reconocimiento, respeto y dignificación de las personas sin importar el género ni la sexualidad de cada una, asumiendo las diferencias propias de cada ser humano y entendiendo que los privilegios no son innatos, sino que son construcciones establecidas por grupos imperantes. Por lo tanto, nos definimos como parte de la izquierda, oponiéndonos a las lógicas machistas que se dan diariamente dentro del sector, como también sucede en la facultad y la universidad.
Nos oponemos al patriarcado, al machismo y a la heteronorma, comprendiendo al primero como el sistema social imperante, que ha servido de soporte ideológico a los modelos económicos a lo largo de la historia, ubicando al hombre como elemento dominante de la sociedad y oprimiendo tanto a la mujer como a aquellos que no se ajustan a lo impuesto como normal. Entendiendo esto, vemos el machismo como la práctica cotidiana del patriarcado y definimos la heteronorma como un sistema que exige maneras de relacionarse y desenvolverse, asumiendo roles determinados.
Rechazamos tajantemente las formas de integración que se han dado hoy en día, en base al modelo socioeconómico en el que estamos inmersos, en el cual mujeres que por su clase social, así como por su masculinización dentro de espacios que han sido hegemonizados por el hombre, replican prácticas machistas estableciendo relaciones de poder que no solventan ninguna problemática. Así mismo, replicamos esta crítica hacia el sector no heterosexual donde se mantienen estereotipos construidos por la heteronorma y que no reviste ningún tipo de liberación.


Por todo lo anterior, entendemos el surgimiento del colectivo como una necesidad, un requerimiento básico para ir haciéndole frente a los problemas antes diagnosticados, trabajando en pos del espacio donde nos desenvolvemos, que es la facultad, abiertos a la opinión para la generación de debate, como un elemento que nos permita profundizar nuestras demandas y contenidos. Establecemos como objetivos fundamentales la difusión e instalación de temáticas, demandas y la develación de contradicciones, inicialmente en nuestro espacio cotidiano, generando consciencia de la opresión que se expresa a diario mediante las lógicas ya mencionadas. Como colectivo, postulamos, entonces, que la subversión se debe hacer desde lo cotidiano, entendiendo que nuestro trabajo parte también desde las relaciones personales, las cuales deseamos transformar.


Compañerxs, es momento de instalar ya estas temáticas dentro de nuestro espacio de trabajo. Comprendamos que el ser revolucionario no implica simplemente derrocar un modelo económico, sino también transformar relaciones sociales y de poder. El verdadero socialismo implica también el término de las desigualdades de género y toda práctica retrógrada que signifique la opresión de otrx compañerx.


¡A subvertir el patriarcado!
¡Ni iguales ni oprimidas, tacones a la defensiva!